En esta página voy a tratar de mostrar todo lo que respecta a la anatomía de los castores. Cómo millones de años de evolución, han dotado a este animal de unas características únicas para el medio que ocupa. No ha sido casualidad el hecho de haber sobrevivido a las extinciones producidas en el pasado, todo a sido fruto de su adaptación. Capaz de modificar los ecosistemas donde se establece es quizás, tras el Homo sapienes, uno de los animales más inteligentes que ha creado la Naturaleza.
Poco se podría deducir del modo de vida de los castores a través de los fósiles, si no tuviéramos la suerte de ver castores vivos en la actualidad. Sabríamos que tenían la capacidad de roer materiales duros y tal vez las vértebras de la cola nos indicarían que eran acuáticos, pero jamás podríamos adivinar que eran capaces de hacer diques para mantener las madrigueras sumergidas y a salvo de visitantes indeseados. (Gloria Cuenca y Alvaro Morcillo).
Efectivamente, si los castores se hubieran extinguido, no habríamos conocido a este increíble roedor. Como la naturaleza les ha dotado de unas características únicas tanto en su anatomía como en su comportamiento.
Lo más característico de su anatomía es la cola. Es de forma aplanada y está compuesta de escamas. La utilizan como timón cuando están en el agua. Cuando se sienten amenazados, la golpean enérgicamente contra el agua a fin de asustar a sus depredadores y como alerta para el resto del grupo familiar, los cuales corren rápidamente a su refugio. En tierra, cuando los castores permanecen erguidos, la cola les sirve de soporte central junto con las patas traseras.
En todos estos años que llevo observando a los castores, resulta que muchos de ellos tienen defectos en la cola producido por peleas entre ellos. Hay que tener en cuenta que al vivir en grupos familiares, protegen su territorio de castores que merodean por su zona. En estas constantes peleas, se muerden la cola en el momento que el vencido huye y el vencedor le sigue a corta distancia.
Otro de los aspectos más destacables de la anatomía del castor y que lo sitúa por encima de todos los roedores, son sus incisivos. Gracias a ellos es capaz de hacer lo que hace. Corta árboles, construye presas con la madera cortada. Transporta grandes troncos de madera gracias a la fuerza de sus incisivos.
la fuerza de los incisivos del castor viene determinada por su longitud dentro del hueso de la mandíbula. Solo vemos una cuarta parte del incisivo.
La dureza de los incisivos viene determinada por una coloración anaranjada en la parte externa del diente, que evidencia la abundancia de hierro. Al tener este componente mas acusado en la parte externa que en la interna del diente, hace que el desgaste sea desigual por lo tanto, el diente siempre tendrá forma de cuña, siempre afilado. Esta dureza, le obliga a un gasto de energía extra para desgastarlo, pulirlo, típico de los roedores.
Otra característica de su singular anatomía adaptada a su vida semi-acuática son las manos de sus patas traseras. Estas disponen de unas grandes y robustas membranas interdigitales, que les permite impulsarse dentro del agua a una gran velocidad.
Dentro de la anatomía del castor, cabe destacar su cabeza. Está perfectamente adaptada a la vida acuática de manera que cuando se sumerge, cierra los conductos auditivos gracias a unos músculos especiales. Los labios también están adaptados de forma que puede roer dentro del agua sin que ésta entre en la boca. Los ojos son pequeños y provistos de membranas nictitantes, es decir, dispone de un parpado transparente lo que le permite ver bajo el agua.
Cuando el castor nada por encima del agua, mantiene la cabeza medio sumergida dejando libre los sentidos del oído, la vista y el olfato. Esto le permite estar alerta de cualquier peligro. Si bien la vista no la tiene bien desarrollada, lo compensa con el resto de los sentidos.
Es muy difícil conocer el sexo de los castores. Apenas hay dimorfismo sexual y sobre todo, porque los órganos sexuales del macho están dentro de la cloaca. El extremo de la cola da alguna pista debido a que los machos es en forma de apéndice y las hembra es más roma, aunque no siempre es fácil. El hecho de guardar los órganos sexuales dentro de la cloaca, llevó a muchos a la confusión de que los castores se auto-crastavan.
Hay una época en la que se puede distinguir al castor hembra cuando está fuera del agua y es en la lactancia. Se aprecian sus cuatro glándulas mamarías.